Tras unas navidades de infarto, ya estoy aquí de vuelta, un año más viejo, ya son 23 ¡Puff! Y seguro que con algún kilo mas, pero por la genetica ¡¡Que yo me cuidaó!!. Estas navidades como la gran mayoría las he pasado rodeado de gente a la que quiero, y que me quieren, o eso creo yo. Así que el día 23, aun con la resaca de los exámenes de diciembre, la familia Pajares Barroso ponemos rumbo a Córdoba, así que la mitad gaditana, con Álvaro a la cabeza, nos recogen en Sevilla a la otra mitad sevillana, que como hormigas, una a una, nos hemos ido mudando.
La Nochebuena la pasaríamos en Córdoba, con los típicos regalos invisibles de Navidad. A mí me regalaron una colonia, no sé si inspiro a ello, pero el caso es que me viene muy bien. Para cenar, mucho jamón, queso, medianoches varias. De postre mousse ¡Que elegancia Dios mío! Y para no terminar la noche, unos cubatillas en compañía de mis primos estepeños.
Al día siguiente tocaba levantarse pronto (las 12 de la mañana, que es navidad) y poner rumbo a Jaén, no sin antes coger el balón, para poder disputar el “I partido tradicional familia Pajares”. En Jaén nos esperaban las tradicionales migas, que consiste básicamente en ponerse de migas hasta arriba. Así que tras dar buena cuenta de las migas y un par de partidas de futbolín, que mejor para bajarlas que un buen partidito de futbol.
Partidillo que intuía como una pachanga familiar, pero que fue todo lo contrario, un partido muy disputado. La verdad es que me lo pase muy bien. Ya por la noche, jugamos el ya también tradicional torneo de Fifa, torneo que cada vez se me da peor. Al día siguiente estaba programada la ruta familiar por los villares, ruta que merece mucho la pena por las vistas y porque no es difícil de realizar. Otra de las tradiciones es ir a ver una película al cine el día de navidad, este año quedo aplazada al 26 por el partido de futbol, la película elegida fue Maktub, para mi gusto muy buena película. Por la noche tras una saludable cena en “McDonalds”, ya os dije que me he cuidado de lujo estas navidades, tocaría otro torneo de Fifa. El día siguiente la familia tomaría destino Córdoba, sin antes recibir sin duda el que es el regalo de estas navidades, una bicicleta de carretera que me cedió amablemente mi primo Javier.
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